Mi receta para lograr las cosas que uno se propone es estudio, pasión y coraje para trabajar. Ahora quiero viajar por toda América dando charlas, motivando a la gente discapacitada y a los jóvenes para que siempre vean más allá de sus problemas.
Hace poco más de 40 años, con la voluntad de dar mayores oportunidades de acceso a la educación superior, se crean nuestros primeros centros de formación técnica, especialmente enfocados en el área de la salud y agropecuaria. Se trataba de Propam, Cidec y Cepsa; el origen del actual sistema educacional Santo Tomás.
El 20 de diciembre de 1982, a través del decreto 217 del Ministerio de Educación, se autoriza oficialmente el funcionamiento de Propam, acto que acuñamos como la piedra angular de nuestra historia.
Más adelante, entre 1987 y 1988, y siempre al compás de las políticas públicas que nuestro país fue estableciendo para abordar la necesidad de ampliar, regular y desarrollar la oferta de educación superior, constituimos el Instituto Profesional y la Universidad Santo Tomás, instituciones que se suman a aquellos primeros centros de formación técnica que, más tarde, en 2002, tomarían el nombre y la figura que hoy nos reúne. En esta trayectoria hemos logrado soñar, forjar, consolidar y proyectar al Centro de Formación Técnica, Instituto Profesional y Universidad Santo Tomás, y creemos que es el momento de rememorarlo.
Esta publicación podría estar poblada de cifras que den cuenta de nuestra gestión, de cómo han ido evolucionando con éxito cada uno de estos tres formatos educativos, pero optamos por aquello que nos hace sentido y que está íntimamente relacionado con nuestros valores y nuestro propósito, y que es entregarle voz a una serie de personas que nos ayuden a narrar nuestra historia y, a través de ellas, construir un relato de todos y todas quienes conforman nuestra comunidad educativa y también de la trayectoria de nuestra institución. Por cierto, hay personas que ya no están, pero el legado de todas ellas se vive cada día en nuestro quehacer y en el sello de Santo Tomás.
Se trata, pues, de recoger las vivencias y emociones así como la experiencia y desarrollo de quienes nos conformaron; de quienes están hoy en la institución y de quienes egresaron de nuestras aulas y, a través de ese rico mosaico, construir este relato. No es un acto excepcional, es la convicción de que la historia mejor traspasada es aquella que se despliega desde distintos ángulos, con libertad, con diversidad, con franqueza y con confianza.
En un párrafo anterior mencionamos el concepto de éxito, y a la luz de estos 40 años, queremos exponer qué significa esa palabra para Santo Tomás. Éxito es asumir un rol activo e innovador dentro del sistema de educación superior, éxito es reunir tres formatos educativos en una organización y llevarlos de manera coordinada y orgánica a 15 regiones.
Éxito es crecer cumpliendo rigurosamente los requisitos de calidad y sustentabilidad institucional que impone la autoridad educativa, colaborando de manera proactiva con las políticas públicas que se han ido estableciendo y perfeccionando en materia educacional en nuestro país. Éxito es contribuir al desarrollo nacional, produciendo educación, investigación, innovación y una vinculación pertinente a las necesidades de cada uno de los territorios y comunidades en que estamos presentes, entre muchos otros aspectos relacionados con la importancia de la educación superior y sus proyecciones a nivel país.
Pero, por sobre todo, éxito es cambiar la trayectoria vital de una persona; éxito es intentar con todos nuestros medios que cada estudiante que ingrese a nuestras aulas logre egresar con nuevas capacidades profesionales y personales que le permitan una mejor relación con ellos y ellas mismas, con sus entornos y con sus proyectos vitales; éxito es siempre ir a lo particular en cada una y uno de ellos, aprendernos sus nombres, que se sientan acompañados en el proceso y que sepan que estamos atentos a sus circunstancias; éxito es saber que muchas y muchos de ellos son los primeros de su familia en acceder a la educación superior y apoyarlos en el camino; éxito es reunirnos con sus familias el día de la graduación y aplaudir de pie junto a ellas, año tras año, ceremonia tras ceremonia, estudiante tras estudiante, ya más de 250.000 veces y esperando la próxima con la misma emoción de la primera vez.
El futuro viene poblado de desafíos y sabemos que serán tan potentes y determinantes como los de nuestros primeros 40 años. Sin duda seremos más grandes, más complejos, estaremos más conectados con el mundo, crearemos conocimiento, abordaremos nuevas problemáticas, imaginaremos y adoptaremos inesperados formatos educativos y estaremos abiertos y expectantes a todo lo que nos ofrezca el futuro; pero lo que sabemos que permanecerá intacto es aquello que nos caracteriza y enorgullece: la confianza de que seguiremos formando a personas como Ricardo, Javier, Jasmine, Diego, Cecilia, Julio, Gabriela, Carlos, Claudia, Herman, Benjamín, Nayareth, Francisco, Tamara, Óscar, Scarlett, Luciano, Javiera, Phillip, Jean, Maira y Cristian, quienes, junto a tantas y tantos otros que pueblan estas páginas, nos regalaron sus historias para narrar la nuestra.
Queremos agradecer a las personas que ayudaron a registrar esta memoria. Nos enorgullece constatar que la trayectoria de Santo Tomás ha estado apoyada por cada integrante de esta comunidad, sin duda, el gran tesoro de nuestra institución.
Dirección General: Santo Tomás
Diseño y Producción: Strong
Contenidos: Marcela Bañados
Fotografía: Gabriel Schkolnick
Impresión: Fyrma Gráfica
Sitio web: www.meat.cl
EN SANTO TOMÁS GANÉ CONFIANZA PORQUE LOS PROFESORES ME ACEPTARON TAL CUAL ERA. SOY SORDO, Y SI NO ENTENDÍA ALGO, LES VOLVÍA A PREGUNTAR Y JAMÁS SE MOLESTARON. CUANDO TERMINÉ INGENIERÍA QUERÍA TRABAJAR PERO LAMENTABLEMENTE EN LA MAYORÍA DE LAS EMPRESAS ME CERRARON LAS PUERTAS PORQUE ME COSTABA HABLAR O ESCUCHAR. ENTONCES, COMO SIEMPRE TUVE EL SUEÑO DE SER EMPRENDEDOR DE UN FOOD TRUCK, RETOMÉ LA IDEA DE MI CARRO… EL PRIMER AÑO NO TENÍA NADA, EL SEGUNDO ARRENDÉ UNA CASA, EL TERCERO COMPRÉ MI COMBI, EL CUARTO COMPRÉ LA CASA, EL QUINTO ME CONSOLIDÉ Y HOY TENGO NUEVAS IDEAS.
EN SANTO TOMÁS GANÉ CONFIANZA PORQUE LOS PROFESORES ME ACEPTARON TAL CUAL ERA. SOY SORDO, Y SI NO ENTENDÍA ALGO, LES VOLVÍA A PREGUNTAR Y JAMÁS SE MOLESTARON. CUANDO TERMINÉ INGENIERÍA QUERÍA TRABAJAR PERO LAMENTABLEMENTE EN LA MAYORÍA DE LAS EMPRESAS ME CERRARON LAS PUERTAS PORQUE ME COSTABA HABLAR O ESCUCHAR. ENTONCES, COMO SIEMPRE TUVE EL SUEÑO DE SER EMPRENDEDOR DE UN FOOD TRUCK, RETOMÉ LA IDEA DE
Mi receta para lograr las cosas que uno se propone es estudio, pasión y coraje para trabajar. Ahora quiero viajar por toda América dando charlas, motivando a la gente discapacitada y a los jóvenes para que siempre vean más allá de sus problemas.
Mi viaje en la Universidad Santo Tomás comenzó en 2012 cuando ingresé a estudiar Administración Logística. Culminé esta etapa en 2014 y tuve la oportunidad de continuar mis estudios en Ingeniería en Administración de Empresas, graduándome en 2017.
Después de finalizar la educación secundaria, intenté estudiar en otra institución, pero lamentablemente no obtuve el apoyo necesario debido a mi dificultad auditiva. Pasó un tiempo y sentí el deseo de explorar una carrera más técnica para comenzar de nuevo. Fue entonces cuando me acerqué a Santo Tomás y descubrí que tenían un programa de becas para personas con discapacidades. Postulé y obtuve una beca que cubrió aproximadamente el 50% de mis estudios. Así fue como comencé una carrera de dos años.
Hoy en día, me considero un empresario. Desde mi infancia, tuve el sueño de ser dueño de un food truck. A pesar de los obstáculos, perseveré y cuando ingresé a la institución, ya tenía un plan de negocios en mente. Durante los cinco años de mi carrera, dediqué tiempo a investigar y desarrollar mi proyecto. Mis profesores no solo fueron mentores, sino también amigos que me brindaron valiosos consejos y apoyo.
Mi negocio es un food truck donde ofrezco comida, especialmente hot dogs, que son una versión del clásico completo chileno. Siempre me han apasionado los carritos de comida y, gracias a mis experiencias como mochilero en Latinoamérica, surgió la idea de fusionar mi amor por los food trucks con mi admiración por los Volkswagen. Al regresar a Punta Arenas, puse en práctica mi idea y, con los conocimientos adquiridos en la universidad, enfoqué mi emprendimiento en la comida gourmet. A lo largo de los años, he enfrentado desafíos y superado obstáculos, pero el éxito ha sido evidente, especialmente después de completar mi tesis.
El apoyo brindado por los profesores no solo se limitó a la esfera académica, sino que también creamos lazos de amistad. Dada la cercanía de Punta Arenas, muchos de mis profesores se convirtieron en clientes y siempre he sentido el respaldo de la comunidad de Santo Tomás. Siempre estoy dispuesto a participar en eventos y actividades organizadas por la universidad.
Santo Tomás no solo me brindó una educación, sino que también me ayudó a superar barreras y a comunicarme mejor. Esto ha sido fundamental en mi negocio, donde interactúo con personas que, como yo, tienen discapacidades. Ahora, después de seis años, mi emprendimiento ha prosperado y he aprendido a enfrentar los desafíos con determinación y confianza.
Quiero agradecer a Santo Tomás por las oportunidades y el apoyo que me han brindado. Mi experiencia en la universidad no solo fue académica, sino que también me permitió desarrollarme como emprendedor y como persona. Tengo toda una vida por delante y estoy ansioso por seguir creciendo y contribuyendo al éxito de mi comunidad y de mi negocio.
Mi consejo para los jóvenes es que exploren, estudien y se atrevan a emprender. El mundo digital ofrece innumerables herramientas y oportunidades. Si tienen un sueño o una idea de negocio, no duden en buscar apoyo y trabajar incansablemente para hacerlo realidad. El tiempo es valioso y con dedicación, pueden lograr grandes cosas.
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