Mi trayectoria en Santo Tomás ha estado marcada por desafíos y logros que reflejan el esfuerzo y dedicación de todo un equipo. Si bien no atribuyo estos éxitos únicamente a mí mismo, me gustaría destacar un hito significativo que ha transformado la institución en los últimos tiempos: la estratégica alianza con el Banco Mundial y la Corporación Financiera Internacional (IFC).
Esta colaboración con el Banco Mundial e IFC representa un paso importante para Santo Tomás, no solo en términos de sustentabilidad financiera, sino también en aspectos medioambientales, sociales y de gobierno, conocidos como ESG. Esta asociación nos ha impulsado a elevar nuestros estándares a nivel internacional, desafiándonos a ser más sostenibles y responsables en diversas áreas.
Uno de los desafíos más notables ha sido consolidar la adquisición de la inmobiliaria. Gracias a la alianza con IFC, hemos logrado una sustentabilidad a largo plazo que nos permite abordar no solo la adquisición de terrenos en diversas regiones, como Iquique, Punta Arenas, Osorno, y próximamente Copiapó, sino también mejorar la infraestructura y consolidar sedes propias en lugar de depender de arrendamientos.
Para los estudiantes, estos cambios representan una transformación significativa. La construcción de nuevos edificios en distintas sedes y la adopción de proyectos transversales, como el diseño de sillas Tomasinas y la creación de espacios verdes en ubicaciones céntricas, están destinados a mejorar la experiencia estudiantil y consolidar nuestro compromiso con la formación integral.
Santo Tomás ha destacado históricamente por poner al estudiante en el centro de su enfoque. Este compromiso nos motiva como áreas de back office, a menudo invisibles, a comprender la importancia de nuestro trabajo en la formación de estudiantes, especialmente aquellos que son la primera generación en sus familias que accede a la educación superior.
Como profesional del área financiera, entiendo la percepción de que somos vistos como poco empáticos, pero queremos destacar que esta sensibilidad está presente. Sin embargo, debemos equilibrarla con la necesidad de garantizar la sostenibilidad y la proyección a largo plazo de los proyectos institucionales.
La alianza estratégica con IFC no solo tiene un impacto en la institución a nivel metropolitano, sino que refuerza el compromiso histórico de Santo Tomás con las regiones. Dada la descentralización de la institución y su fuerte presencia fuera de la región metropolitana, esta alianza refuerza el aporte país que siempre ha caracterizado a Santo Tomás.
En resumen, este periodo ha sido de cambios significativos y desafíos superados, y estoy entusiasmado por el futuro de Santo Tomás, una institución que continúa evolucionando y marcando pauta en la educación superior en Chile.