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Consolidar

Titulado de Preparador Físico, Centro de Formación Técnica Santo Tomás, sede Puente Alto

Estudiante de Pedagogía en Educación Física, Programa de Prosecución de Estudios, Universidad Santo Tomás, sede Santiago

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SIEMPRE HE SIDO DEPORTISTA Y COMPETÍ EN ESTADOS UNIDOS EN LA DISCIPLINA DE CHEERLEADER REPRESENTANDO A CHILE. ALLÍ CONOCÍ LA CATEGORÍA SPECIAL ABILITIES, EN QUE EL 50% DEL EQUIPO TIENE ALGUNA DISCAPACIDAD. HABLÉ CON MI JEFA DE CARRERA Y A LOS TRES MESES TENÍAMOS EL PRIMER EQUIPO DE CHEERLEADERS UNIFICADO DE AMÉRICA LATINA, FORMADO CON LA AYUDA DE SANTO TOMÁS.

SIEMPRE HE SIDO DEPORTISTA Y COMPETÍ EN ESTADOS UNIDOS EN LA DISCIPLINA DE CHEERLEADER REPRESENTANDO A CHILE. ALLÍ CONOCÍ LA CATEGORÍA SPECIAL ABILITIES, EN QUE EL 50% DEL EQUIPO TIENE ALGUNA DISCAPACIDAD. HABLÉ CON MI JEFA DE CARRERA Y A LOS TRES

Me tatué la trisomía 21, que es el trastorno genético de las personas con síndrome de Down, porque esa experiencia despertó algo en mí que yo no sabía que tenía; entendí que mi rumbo era participar y aportar en espacios reales de inclusión y encontré coincidencias entre los valores que nos inculcaron y el enfoque real de inclusión que promueve mi carrera. Años después tuve un hijo con autismo… de cierta forma todo esto me preparó para tener una mejor relación con él, apoyarlo y comprenderlo.

MESES TENÍAMOS EL PRIMER EQUIPO DE CHEERLEADERS UNIFICADO DE AMÉRICA LATINA, FORMADO CON LA AYUDA DE SANTO TOMÁS.

Formé un equipo de cheerleading en la sede de Santiago de Santo Tomás

Tengo 36 años y actualmente estoy en el último año de la carrera de Pedagogía en Educación Física en la Universidad Santo Tomás. Desde pequeño, el deporte ha sido una parte fundamental de mi vida, y antes incluso de ingresar a Santo Tomás, me destacaba en el cheerleading, que se convirtió en mi deporte específico.

Lo que me fascina del cheerleading es la colaboración intrínseca que implica. A diferencia de otros deportes, aquí cada integrante desempeña un papel vital en la rutina. La importancia de cada función es innegable, y la ausencia de un solo participante puede afectar significativamente el rendimiento del equipo. Esta característica, sumada a la naturaleza inclusiva y equitativa del cheerleading, donde los equipos se componen de manera igualitaria entre mujeres y hombres, lo convierte en un deporte único y especial.

Fue el año pasado cuando decidí formar un equipo de cheerleading en la sede de Santiago de Santo Tomás. Inicialmente, presenté la propuesta y creamos un grupo de interés, atrayendo a estudiantes de diferentes sedes de la universidad interesados en este deporte. Logramos reunir a deportistas con y sin experiencia, obteniendo resultados destacados en competiciones metropolitanas y nacionales.

Sin embargo, lo más significativo para mí fue la oportunidad de representar a Chile en competiciones en Estados Unidos. Durante mi estadía allí, descubrí una categoría llamada “Special Abilities” que incluía a personas con discapacidad en las rutinas junto a deportistas sin discapacidad. Al regresar, compartí esta experiencia con mi jefa de carrera, Natalia Roldán, quien me puso en contacto con la directora de una escuela especial en Puente Alto.

Con el respaldo de Santo Tomás y en colaboración con otras carreras, como Psicopedagogía, iniciamos un proyecto único en América Latina. Creamos un equipo de cheerleading que integró a treinta deportistas con discapacidad y logramos realizar presentaciones en todo Chile, desde Arica hasta Tierra del Fuego. Esta experiencia reveló la verdadera inclusión y visibilizó la actividad de manera única.

Este proyecto marcó un punto de inflexión en mi vida. Descubrí mi vocación por la inclusión y el impacto positivo que puedo tener en la vida de las personas con discapacidad. Mi compromiso con la inclusión se profundizó aún más cuando, en 2011, fui padre de un niño con autismo. La vida, de alguna manera, me condujo hacia la causa de la inclusión, y Santo Tomás fue un agente crucial en este viaje, brindándome el apoyo necesario para llevar a cabo estas iniciativas. Ahora, como padre de un niño con discapacidad, estoy más comprometido que nunca con la causa de la inclusión y aportar en la creación de espacios reales de inclusión para todos.

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Siempre he sido deportista y competí en estados unidos en la disciplina de cheerleader representando a chile. allí conocí la categoría Special Abilities, en que el 50% del equipo tiene alguna discapacidad. Hablé con mi jefa de carrera y a los tres meses teníamos el primer equipo de cheerleaders unificado de América Latina, formado con la ayuda de Santo Tomás.
Ricardo Vergara

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