Mi historia en Santo Tomás ha sido una travesía marcada por el destino y la dedicación. En el año 2000, mi vida dio un giro inesperado cuando asumí el desafío de dirigir una sede modesta de la institución. Ubicada en el segundo piso de un edificio en Carmen Esquina Curicó, contábamos con solo 115 alumnos distribuidos en cuatro carreras, enfrentándonos a desafíos únicos.
Mi llegada a la dirección fue un acontecimiento repentino, ya que el director ejecutivo tuvo que abandonar la institución por motivos imprevistos. De la noche a la mañana, me encontré como la máxima autoridad de una pequeña sede con clases que llegaban a tener apenas cuatro estudiantes. A pesar de mi falta de experiencia en roles directivos, acepté el desafío con la condición de un primer semestre a prueba, tanto para la institución como para mí misma.
Este periodo inicial resultó ser un éxito, y así comenzó mi conexión profunda con la institución. A lo largo de 33 años, hemos formado un equipo excepcional y enfrentado numerosos desafíos y logros. Uno de los hitos más destacados fue la participación en un concurso de (Mecesup) que nos permitió materializar el sueño de implementar un centro tecnológico en un complejo hospitalario en Puente Alto en 2002.
Esta nueva sede se convirtió en un pionero en la comuna y la provincia cordillera. En 2008, pasamos a ser parte de Santo Tomás, consolidando nuestra presencia en Puente Alto. En 2021, la acreditación avanzada nos permitió adherirnos a la gratuidad, un logro significativo para más del 80% de nuestros alumnos provenientes de sectores vulnerables.
A lo largo de los años, hemos fortalecido nuestra conexión con la comunidad, desarrollando acciones de vinculación con el medio. Desde el inicio, la institución ha tenido la visión de ser diferente, priorizando el crecimiento personal de los estudiantes y buscando un impacto positivo en la comunidad.
Los logros en acreditación han sido fundamentales para ganar confianza y respeto en el ámbito educativo. Desde la acreditación inicial hasta la avanzada, hemos marcado hitos que reflejan nuestro compromiso con la calidad educativa. Ahora, nos esforzamos por reacreditarnos, con la aspiración de mantener e incluso superar los estándares alcanzados.
El impacto de nuestra institución se extiende más allá de las aulas. En Puente Alto, hemos transformado vidas, brindando oportunidades educativas a una población vulnerable. La posibilidad de ser parte de la primera generación de profesionales en muchas familias es un logro que llena de orgullo y emoción.
Nuestra responsabilidad va más allá de las aulas; es una conexión con la realidad de Puente Alto, donde cada logro se traduce en un cambio significativo en la vida de los estudiantes. Este compromiso y la responsabilidad asumida en esta comunidad marcan la diferencia y nos impulsan a continuar trabajando con dedicación y pasión por muchos años más.