Mi trayectoria en Santo Tomás se remonta al año 2000, cuando la institución aún no llevaba ese nombre, sino que se denominaba Cidec y Propam. En aquel entonces, participé en un proyecto que buscaba la fusión de estos dos centros de formación técnica en la ciudad de Concepción. En ese momento, estaba trabajando y estudiando en la Universidad Católica, enfocado en temas culturales, y la oportunidad de unir dos instituciones con culturas distintas captó mi interés.
El proceso de adaptación y reconocimiento de la cultura de Santo Tomás fue desafiante al principio. Aunque las instalaciones eran rudimentarias para los estándares de la educación superior, noté algo especial en las personas que trabajaban allí. A pesar de las limitaciones materiales, el compromiso y la vocación formadora de quienes participaban en el proyecto eran evidentes desde el primer momento.
Participé activamente en la primera acreditación de Santo Tomás, un paso fundamental en el camino hacia la consolidación de la institución. A lo largo de los años, hemos avanzado en la acreditación, lo que nos ha permitido obtener mejores resultados y, recientemente, acceder a la gratuidad para nuestros estudiantes. Este logro, junto con otros, representa un hito significativo en la historia de Santo Tomás.
En la región de Biobío, Santo Tomás se ha convertido en una institución relevante, ofreciendo formación técnica y profesional a miles de estudiantes. Nos hemos integrado exitosamente en el ecosistema de educación superior de la región, adaptándonos a las necesidades locales y contribuyendo al desarrollo social, económico y cultural.
La institución ha experimentado una transformación notable en los últimos años, pasando de ser un proyecto en fusión a convertirse en una entidad compleja y única en el país. Contamos con diversas sedes desplegadas por todo Chile, cada una enfrentando realidades distintas, lo que nos convierte en un actor esencial para el desarrollo de la política educacional del país.
Nuestra participación en innovación social ha destacado en los lugares donde estamos presentes. Proyectos relevantes, especialmente para la tercera edad, han tenido un impacto significativo a nivel regional y nacional. En el ámbito de la internacionalización, tenemos un potencial considerable que debemos desarrollar para ofrecer experiencias enriquecedoras a nuestros estudiantes.
Los desafíos futuros incluyen mantener y mejorar nuestras acreditaciones, así como continuar creciendo en años de acreditación. La internacionalización se presenta como una oportunidad clave para el desarrollo institucional, y debemos aprovechar nuestro capital histórico en este ámbito. En Concepción, la infraestructura actual representa un logro significativo, pasando de espacios pequeños a un edificio diseñado para brindar a los estudiantes un entorno propicio para su formación.
En resumen, mi experiencia en Santo Tomás ha sido una travesía de crecimiento y transformación, marcada por logros significativos y el compromiso constante con la excelencia académica y la formación integral de nuestros estudiantes. Estoy orgulloso de formar parte de esta institución y emocionado por los desafíos y logros que el futuro nos depara.