Como exalumna de la Universidad Santo Tomás, mi trayectoria académica y profesional se ha visto profundamente marcada por la experiencia en esta institución. Opté por estudiar la carrera de Sommelier, una decisión que transformó mi vida y la de mi esposo, quien también compartía mi pasión por este mundo.
Mi historia comenzó en Brasil, donde inicialmente me formé en turismo. Al mudarme a Chile, convalidé mi formación y decidí aventurarme en un nuevo campo: el trabajo en un viñedo. Fue allí donde descubrí mi amor por el mundo del vino y la cerveza. Sin embargo, los desafíos económicos pronto se hicieron evidentes, especialmente al intentar costear la carrera completa de Sommeliería.
Para superar este obstáculo, decidí emprender una iniciativa creativa. Comencé a vender postres brasileños en el metro para ahorrar dinero, una experiencia que, aunque desafiante, me permitió continuar con mis estudios. Mi esposo y yo buscamos la mejor opción de malla curricular y comparando diferentes universidades, la Universidad Santo Tomás se destacó de manera significativa.
Desde nuestra primera interacción, la universidad nos recibió con los brazos abiertos y una atención acogedora. Tanto la malla curricular como las visitas técnicas y la experiencia en laboratorio superaron nuestras expectativas. Estudiar en Santo Tomás no solo se trató de adquirir conocimientos, sino también de sentirnos parte de una comunidad que se preocupaba por nuestro bienestar y éxito académico.
La sede de Los Héroes fue testigo de nuestro recorrido educativo. Aquí, contamos con un profesor de carrera con quien teníamos contacto directo, así como acceso directo al director de la universidad. La apertura de los profesores para resolver dudas y su participación activa en evaluaciones prácticas demostraron un compromiso excepcional con la enseñanza.
La sommeliería va más allá del servicio y maridaje; implica comprender los procesos detrás de escena, desde la elaboración hasta el etiquetado de vinos. Estudiar en Santo Tomás no solo me proporcionó una formación en Sommeliería, sino que también facilitó mi incursión en enología y vitivinicultura.
Además, al estudiar turismo con especialización en la universidad, encontré que la oferta académica complementaba mis expectativas. A pesar de ya contar con un diploma respaldado en Chile, mi deseo de aprender y crecer me llevó a buscar más, y Santo Tomás satisfizo esa necesidad con creces.
Hoy, puedo mirar hacia atrás con gratitud por la sólida formación que recibí en la Universidad Santo Tomás. La institución no solo me proporcionó conocimientos especializados en mi campo, sino que también cultivó un ambiente donde la excelencia académica y el bienestar de los estudiantes eran prioridades. Mi experiencia en Santo Tomás ha sido un factor determinante en mi éxito profesional como sommelier y enóloga, y estoy agradecida por las oportunidades y el apoyo que la universidad me brindó a lo largo de mi camino educativo y profesional.